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El país está en un escenario de mucha política, poco gobierno, escaso diálogo, sin acuerdos, con decisiones erráticas en cuanto a las relaciones comerciales transnacionales, sin entendimiento de la geopolítica, la economía y la seguridad; la polarización del debate público es más que evidente, el personaje que ha evitado el rompimiento total de la interlocución con la oposición por parte de la denominada “Cuarta Transformación”, es el excluido Senador Ricardo Monreal; Mario Delgado está siendo un operador de la confrontación y su secuaz, Ignacio Mier, pierde el tiempo entre contestar las acusaciones judiciales, administrativas y fiscales que tiene por corrupción y también en agraviar a los demás grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados.

No hay forma que esto le salga bien a Morena; el esquema de exclusión que crearon Mario Delgado y su Secretaria General para manipular, desde el inicio, la elección de los congresistas, propició que sus afines ganaran al precio que fuera, más allá de lo que nunca mostraron el PRI o el PAN en una elección interna, el Presidente de la República y el presidente del partido declararon que fue una “jornada cívica ejemplar”, después de que todo México vió a sus militantes enfrentándose a “palos y piedras” para cumplirles a esos que dicen que no roban, no mienten y no traicionan, pero que les pagaron el transporte, los afiliaron, les regalaron despensas y les dieron de desayunar.

Morena fue creada para ser la plataforma de la candidatura presidencial de López Obrador, un partido que ya cumplió su rol, eso es más que evidente, el caudillo aún está en el poder y cada vez están más divididos y enfrentados, si en el PRD se conducían como tribus en Morena se comportan como pandillas y es entendible, porque tienen adentro y en muchos cargos públicos y partidistas a lo peor del PRI y del PAN.

El escenario se está perfilando para que les impongan a Claudia Sheinbaum como la candidata a Presidente de la República, si no es por que vaya arriba en las encuestas, que son una farsa y le entregan las candidaturas a quienes las pierden, va a ser por “paridad de género”, una fórmula que no utiliza ninguna democracia del mundo civilizado y de la cual han abusado todos los dirigentes de Morena, particularmente Mario Delgado, para beneficiar a unos y excluir a otros.

Los mexicanos no van a votar por otro tabasqueño en 2024 y menos por ese torpe e improvisado Secretario de Gobernación que también se apellida López; difícilmente estarían Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard apoyando a la Jefe de Gobierno de la Ciudad de México para que llegue a “Los Pinos”, porque supongo que el próximo Presidente de la República regresará a la residencia oficial solo porqué es mucho más funcional, en todos los aspectos, que Palacio Nacional.

Si el Presidente, quien obviamente no va a tener el mismo apoyo popular en su sucesión como el que tuvo cuando ganó en 2018, tensa demasiado la liga y el hampón que tiene en la presidencia nacional de su partido sigue sin comprender que debe dejar de propiciar más rompimientos y darle a los liderazgos reales de la “izquierda” un poco de respeto, difícilmente podrán evitar que Monreal y Ebrard terminen aliados con “Va por México”, llevándose a una buena parte de Morena a través del PRD y que además sumen a Dante Delgado y a Movimiento Ciudadano para evitar que gane la “corcholata” del neo Maximato que pretenden imponer para cuando AMLO se retire a su predio tropical en Chiapas.

Es bastante simple, si no revaloran y llevan a la vía de los hechos el “piso parejo”, Morena va a terminar sacando a Morena de Palacio Nacional en la elección de 2024.

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