El grupo priista que se ha infiltrado y apoderado de MORENA en Durango, sigue haciendo de la simulación y el agandalle su sello personal.

Esto quedó evidenciado en el reciente proceso de preselección de aspirantes a la renovación de dirigencias estatales de este partido, donde Mario Delgado, Otniel García y Marina Vitela, palomearon a quienes podían o no participar, con la clara intención de dejar en manos de esta última la dirigencia estatal de Durango.

¿El resultado? Una farsa, un proceso simulado, marcado por la exclusión de la mayoría de los grupos que integran MORENA, mismos que vieron con sorpresa y desagrado que sus nombres no aparecieron en las listas de los preseleccionados.

En cambio, de la forma más burda, aparecen palomeados los nombres de Directores municipales de Gómez Palacio, así como amigos y familiares de Marina Vitela.

Militantes locales y nacionales han levantado ya la voz para mostrar su inconformidad e incluso hacer un llamado a reventar la próxima “votación”, mientras otros han optado por judicializar el proceso para salvaguardar sus derechos.

Este grupo Priísta, tiene ya el control de la fracción morenista en el congreso local, también de la Secretaría del Bienestar y ahora buscan llegar al 2024 siendo dueños del partido guinda, lo que les permitiría cerrar la pinza y apoderarse una vez más de las candidaturas en juego.

Hay quien se pregunta: ¿Cómo es que teniéndolo todo, este grupo llevó a MORENA al quinto lugar en el 2019, perdió la mayoría del congreso en 2021 y la gubernatura en 2022 por más de 100 mil votos de diferencia cuando se tenían 35 puntos de ventaja?

La respuesta es muy sencilla: todas las ventajas que han tenido no han sido mayores que el repudio que la sociedad e incluso las bases morenistas les tienen, la percepción de que son unos ladrones y simuladores de la 4T está muy presente en Durango.

La reagrupación de los excluidos (que son mayoría) y la organización de las bases en cada comité, en cada colonia, municipio o poblado, es el camino para la salvación de MORENA.

En 2024, el destino de México volverá a estar en juego y sea quien sea el candidato de la 4T, necesitará una estructura fuerte, que claramente los gandallas del poder no van a generar porque su interés es netamente económico y personal.

Es momento de hacer valer la frase de:

¡Con el pueblo todo, sin el pueblo nada!

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