Los golpes a la administración que se va, ya no se miden solamente por su dureza o su contundencia, sino por lo tupido de las crisis, lo atomizado de las vertientes de conflicto y la nula capacidad de respuesta.
El Gobernador y la clase política que llegó junto con él hace seis años al poder, son el tiro al blanco de la que quizá pasará a la historia como la peor crisis política, social y por supuesto financiera, de la que se tenga memoria en comparación a los últimos cierres de sexenio.
Si no son los burócratas cerrando oficinas y parando labores, son maestros exigiendo pagos y compromisos incumplidos: si no son organismos públicos o liderazgos sociales, son proveedores exigiendo que la retribución de los productos o servicios que ya brindaron al Estado del autollamado Gobierno “Durango para Todos”, y de los cuales no hay interés de pago.
El pasado viernes 8 de julio, el Mandatario Estatal ofreció su último discurso como tal en el marco del 459 Aniversario de Ja Fundación de la Ciudad de Durango, en cual se justificó al señalar que su gobierno ha tenido problemas porque financieramente ha sido el sexenio más castigado por la Federación.
Pese a ello, aseguró que terminará el Puente Vehicular Francisco Villa antes de que concluya el mes de agosto, y promete pagar lo que le adeuda por concepto de participaciones federales a la administración municipal que encabeza el fontanero Jorge Salum del Palacio.
Y es quizá dónde la pregunta surge: ¿de verdad Aispuro Torres cree en los milagros, o será que se atiene a algo? y los duranguenses no sabernos e ciencia cierta a qué.
Porque, según la titular de la Sindicatura Municipal de Durango capital, la controversial Luz María Garibay, ese adeudo es ya de 470 millones de pesos, casi 500 millones y contando, porque mes a mes esa cuenta tiende a subir y no a reducirse.
¿Pero, con qué argumentos dice José R. Aispuro que podrá Liquidar ese adeudo financiero tan grande con el Ayuntamiento capitalino? Si lo que ha demostrado el gobierno estatal en 34 meses es su total conchudez para con el gobierno del fontanero Jorge Salum.
