El proceso de renovación en los partidos políticos ha puesto de manifiesto no sólo el proceso hacia el interior, sino también la identificación de los grupos con verdaderos líderes que lleven a militantes y simpatizantes a contar con opciones políticas reales para los ciudadanos.
Después de que a nivel nacional se diera al PRI un revés a la prolongación de la dirigencia nacional, ahora viene una mirada al espejo del PAN, que necesita superar la crisis y reinventarse para poder hacer algo en los procesos electorales de 2023 y 2024, por lo que también a nivel local deberá redefinir sus propósitos, sus aliados y sus adversarios.
A pesar de la crisis que se vive al interior de los partidos políticos a nivel nacional, el partido de Gómez Morín tiene elementos para salir avante en los procesos electorales como el que tendremos para elección de diputados federales y locales, pero debe hacer acopio y uso de sus reservas morales, de sus liderazgos tradicionales, históricos, porque a diferencia del PRI y del PRD, el albiazul tiene una ideología contrastante con conceptos provida y de derecha a ultranza, por lo el trabajo de reflexión crítica debe darse hacia adentro y hacia la alianza partidista.
En Durango en el PAN hay división de grupos y se ha desplazado a los grupos tradicionales, sobre todo, porque sigue habiendo grupos familiares que no quieren soltar el poder, que tienen el control sobre las candidaturas y que saben bien que si comienzan a abrirse más hacia grupos locales, van a perder sus posiciones y con ello, a su propio partido.
Y es que en la última sesión del Consejo Estatal, quedaron a la vista las divisiones ocasionadas por el último proceso de elección de la dirigencia, al quedar excluidos de las posiciones, el grupo identificado con el exaspirante y diputado local Gerardo Galaviz, a quien se sumaron personajes surgidos del panismo tradicional.
Además, como parte de su estrategia para ocultar sus propios errores, sigue el señalamiento del presidente del CDE Mario Salazar hacia el Gobierno Federal de que ha ido recortando los presupuestos para las corporaciones policiacas estatales y municipales lo que ha ocasionado que se debiliten las policías locales, cuando en realidad falta dinamizar los esquemas de las fuerzas de seguridad de los municipios, cuando hay un apoyo de más de 300 millones de pesos por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Tan sólo en el municipio de la capital, encabezado por un alcalde panista, Movimiento Ciudadano ha comenzado a poner atención en el rubro de seguridad, por lo que la fracción de regidores busca transparentar el proceso de arrendamiento de las nuevas patrullas.
También, han comenzado a correr rumores de que a seis meses de la administración estatal comenzará el cambio de quienes no hayan dado resultado, por lo que lo más destacado de la situación es que quienes encabezan las quejas y los señalamientos son personajes panistas, sin que haya quien los defienda, sobre todo, porque ya está fuera de las negociaciones quien respaldó la anterior administración, la exdirigente y actual diputada, Verónica Pérez Herrera.
Hay que esperar, el tiempo hará su parte.