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Miles de manifestantes salieron este sábado a las calles de la ciudad de La Rochelle, al oeste de Francia, para protestar en contra de la construcción de balsas de riego que, aseguran, perjudican a la agricultura local. Sin embargo, lo que comenzó siendo una concentración pacífica, rápidamente devino en choques con la policía.

Los incidentes comenzaron cerca del mediodía y se dieron en tandas, dado que para esta jornada se había convocado a dos protestas. A la primera acudieron unos 2.000 pequeños agricultores, entre ellos unos 400 miembros del grupo radical de extrema izquierda “Bloque Negro”, que fueron los principales responsables del saqueo a tiendas, la destrucción de oficinas y los daños a paradas de colectivos, contenedores de basuras y vallas publicitarias.

Los manifestantes ecologistas chocaron con la policía francesa en La Rochelle (REUTERS/Benoit Tessier)Los manifestantes ecologistas chocaron con la policía francesa en La Rochelle (REUTERS/Benoit Tessier)

“Elementos radicales muy numerosos de la ultraizquierda en La Rochelle, en el marco de las manifestaciones (…) atacan los bienes y acaban de saquear un supermercado. Es difícil ver la conexión con la defensa del medio ambiente”, señaló en X el ministro del Interior, Gérald Darmanin.

Un grupo radical que se sumó a la protesta provocó daños en locales cercanos y en la vía pública (X: @PoliceNationale)Un grupo radical que se sumó a la protesta provocó daños en locales cercanos y en la vía pública (X: @PoliceNationale)

A raíz de ello, las autoridades movilizaron a unos 3.000 oficiales de las Fuerzas de Seguridad, incluidas las unidades antidisturbios, que sofocaron las protestas con cañones de agua y gases lacrimógenos. Videos difundidos en redes sociales muestran a los individuos enfrentándose a los policías, lanzándoles cócteles molotov y avanzando a pesar del agua.

El encuentro acabó con siete detenidos en dos horas y fue completamente sofocado. Asimismo, cuatro oficiales de la policía y cinco manifestantes debieron ser atendidos por heridas leves.

Los manifestantes saquearon y dañaron comercios locales (REUTERS/Benoit Tessier)Los manifestantes saquearon y dañaron comercios locales (REUTERS/Benoit Tessier)

“Estábamos en la manifestación y no empezaron a bloquear. Nos aislaron a un lado para cargar contra los demás”, dijo Lilia, una joven de 25 años que había asistido a la manifestación de forma pacífica.

La segunda protesta convocó a unas 3.000 personas pero transcurrió en un clima de más calma. El grupo se desplazó desde el centro de la ciudad hasta el puerto, donde muchos estaban esperando en sus kayaks y lanchas para sumarse a los reclamos. Allí, durante la madrugada, las autoridades ya habían tenido que recurrir al uso de gases lacrimógenos para desalojar a unas 200 personas que habían entrado en la terminal con sus tractores viejos por lo que, para este momento, los choques fueron de menor gravedad.

Los manifestantes protestan contra este sistema que, aseguran, solo beneficia a unos pocos grandes (X: @PoliceNationale)Los manifestantes protestan contra este sistema que, aseguran, solo beneficia a unos pocos grandes (X: @PoliceNationale)

Las protestas de los ecologistas contra el uso de las balsas de riego cobran fuerza en esta época del año y responden a los reclamos de los grupos agricultores locales que rechazan la construcción de nuevas estructuras ya que no buscan beneficiar “el cultivo de alimentos local” sino que apuntan a “alimentar los mercados internacionales”.

Según sostienen, estos embalses se llenan con agua de los acuíferos durante el invierno y proporcionan riego en verano, beneficiando a los grandes agricultores a expensas de la explotación de los más pequeños y del medio ambiente. Específicamente, cargaron contra el sector cerealero, el principal asociado a la construcción de las reservas de agua en disputa.

Los manifestantes se movilizaron para protestar en contra de la construcción de balsas de riego (REUTERS/Benoit Tessier)Los manifestantes se movilizaron para protestar en contra de la construcción de balsas de riego (REUTERS/Benoit Tessier)

“Las megacuencas son un sistema para unos pocos privilegiados que tendrán derecho al agua para regar, es decir, para producir más productos, que luego se exportan a países de África”, denunció el agricultor Frédéric Boutin.

En 2023 ya se habían producido otras protestas en la ciudad de Sainte-Soline, a unos 90 kilómetros de La Rochelle, aunque los cruces allí fueron más fuertes, quedando dos manifestantes en coma y unos 30 agentes heridos.

(Con información de AFP y EFE)

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