Por fin, el PAN se abre a la contienda por la presidencia de la República en 2024. Demasiado tarde. Ya no hay tiempo de construirles una aureola de carisma a los gobernadores de Chihuahua Maru Campos, y de Yucatán Mauricio Vila, ni al presidente de la Cámara de Diputados Santiago Creel y menos al diputado federal Juan Carlos Romero Hicks.
Salvo Creel, de larga presencia en el ámbito político, los demás suspirantes son ilustres desconocidos, por lo menos en el colectivo nacional. Con Ricardo Anaya fuera de combate, el blanquiazul luce totalmente descafeinado ante la fuerza de AMLO y de Morena. Todo indica que los presidenciables panistas no tienen posibilidad alguna de estrechar la distancia con las ‘corcholatas’ de AMLO. LO más probable es que sean aspirantes testimoniales. Lástima. Tal vez para la otra.