La crisis de la política se da en una sociedad cuando se rompe el equilibrio de fuerzas del cual depende la estabilidad social, la tarea humana pierde sentido y deja de ser necesaria, esta crisis de la política es por la falta de diálogo y comunicación, de olvido de la sociedad, pero sobre todo de impunidad, y así comenzamos nuestra cuenta.

1.- En nuestra entidad, la burbuja en la que vive la clase política tiene 40 años y desde entonces es el mismo grupo en el poder, aunque en ocasiones haya cambiado de color, lo que ha provocado que además de aciertos, se hayan cometido ilícitos que han sido cubiertos por este mismo equipo, lo que ha dado lugar a que no pase nada y con ello, se fortalezca la impunidad. Es necesario así que algunos servidores enquistados en la administración pública sean renovados porque sólo estar dispuestos para incrementar sus propios beneficios y el servicio a la ciudadanía no existe.

2.- En la nueva burocracia debe prevalecer otra filosofía, donde el interés superior sea nuestro estado y no seguir jugando a la lotería con políticos cercanos a Palacio Nacional para esperar que se cuente con programas y recursos para el desarrollo, como se ha hecho durante décadas, sin que hasta el momento haya un Presidente “que se haya puesto a mano con Durango” y se siga esperando a que lo haya. Este servilismo político no ha permitido cambiar la idiosincrasia ni fortalecido la participación política, por lo que en esta ocasión ya no debe haber equivocaciones.

3.- Las redes sociales son otro factor de comunicación para conocer la opinión de la sociedad, ya que de manera inmediata se da a conocer el sentir de la sociedad, lo que se presenta ya como una parte fundamental del diálogo con las autoridades, por lo que los medios tradicionales deben de cambiar la perspectiva para seguir siendo la mirada y la voz de quienes no la tienen. Eso debe ser factor para los servidores públicos de conocer las demandas ciudadanas, y no, como se hizo anteriormente, de promoción y de pagos políticos.

4.- Y es que la situación al interior de la administración pública no es garantía de servicio y atención, ya que a poco más de un mes de que se llevó a cabo el cambio, ya hay dos funcionarios de segundo nivel que presentaron su renuncia, en los ámbitos de la Secretaría General de Gobierno y en la Secretaría de Finanzas y Administración.

5.- Deben intensificarse las gestiones en todos los niveles, porque aún no se han fincado responsabilidades a más culpables del robo al erario público y sigue la falta de pago de prestaciones a trabajadores, como el caso del magisterio, que suspenderá actividades este jueves y viernes ante la falta de pago del retroactivo y prestaciones que se tienen pendientes desde el inicio de año, mientras que los maestros agremiados en la Sección 12 preparan la petición para el pago de las prestaciones de fin de año.
6.- Ante un Estado debilitado frente a las políticas económicas externas, endurecido frente a su propia sociedad, debe estar llamado a conjuntar esfuerzos para pasar de la política como privilegio de pocos, a la política como ejercicio de todos; de la política como arte de la concentración del poder, a la política como arte del equilibrio del poder, por lo que debemos entender el paso de la política como arte del poder a la política como arte del bien común, entendido este último en términos de libertad, justicia social, democracia y legalidad. Esto es lo que debe ser el factor en Durango de hoy en adelante.

7.- Insistimos en la falta de vigilancia de los órganos de control porque muchas veces los trabajadores asignados sólo cumplen con las disposiciones que les dan sus superiores, como en el caso de la propia Contraloría o la EASE, de no llevar a cabo las auditorías correspondientes y la vigilancia de la ejecución de las obras contratadas por los gobiernos estatal y municipales, con la complacencia tanto del Poder Ejecutivo, como de los diputados que tienen a su cargo la revisión de las cuentas públicas.

En nuestra entidad tenemos el conflicto de la falta de recursos para la administración pública, el servilismo de organizaciones, pero sobre todo, el amago de una sociedad dominada por una clase política que sólo piensa en sus intereses y sobre todo, en la obtención de beneficios, es necesario combinar armónicamente la economía de mercado y el papel del Estado como impulsor de medidas que garanticen la justicia social, el empleo y la adecuada distribución de los recursos

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