Durango, Dgo. (EL CONTRALOR). – A Durango lo empieza a envolver un sigiloso ambiente de intranquilidad causada por el avance de la violencia extrema que están ejerciendo los principales cárteles del crimen organizado en la lucha por el control de los estados vecinos a esta entidad.
Los vecinos de Zacatecas, Sinaloa y Chihuahua están experimentando serios problemas de inseguridad y violencia de alto impacto y, en definitiva, Durango no es una isla y está resintiendo las primeras consecuencias, con el temor fundado de que se repita algo que la memoria colectiva quiere olvidar, pero que resulta difícil hacerlo.
¿Por qué? Porque desde septiembre del 2004, fueron varios años de experimentar directamente una guerra en la que se derramó mucha sangre, una pelea que dejó luto por doquier, que hizo presenciar balaceras, levantones, persecuciones, mutilados, cabezas humanas en hieleras, ver constantemente narcomantas y amenazas por parte de los cárteles. Por si fuera poco, las fosas clandestinas y cientos de desapariciones que siguen aún dejando trauma en las familias duranguenses que sufrieron no solo la pérdida de un ser querido, de su patrimonio, sino también de su tranquilidad.
Porque hubo un periodo, en Durango, entre 2004 y 2016, en la cual se hablaba a nivel nacional e internacional sobre Durango de una manera que generaba vergüenza y coraje entre la gente, además de dolor y frustración. Y es por eso que los recuerdos de ese periodo de guerra entre carteles activan memorias con muchísima preocupación hacia el futuro inmediato.
Por un lado, está la lucha frontal por el territorio de Zacatecas por parte del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, a través de sus socios que avanzan a la conquista de esa entidad minera. Por el otro está la problemática interna que se dispara en el Cartel del Pacífico tras la detención y probable extradición de Ovidio “N”.
ZACATECAS
La vivencia diaria de lo que se está presentando en Zacatecas, si bien la están padeciendo los que radican en esa entidad vecina, a la vez sería ingenuo creer que este ambiente de violencia no está afectando a Durango y a muchísimos duranguenses, por varias razones:
UNO. – Porque muchísimas familias de municipios de Durango más aledaños a algún municipio de Zacatecas que a la capital duranguense, por esa misma razón hacen su vida comercial, de vecindad, familiar, de paseo e incluso para estudiar, trabajar o recibir servicios médicos en Zacatecas y no en su estado.
DOS. – La cercanía entre estas dos entidades ha causado ya una atmósfera de terror en todo lo que se relaciona a la violencia en Zacatecas, ya que las carreteras federales, las libres y las de peaje, así como las carreteras estatales y los caminos vecinales han sido testigos de escenas propias de un país en guerra con otro. 
TRES. – Esta realidad ha causado no sólo retrasos en traslados, bloqueos carreteros e intimidaciones por doquier, sino que se le ha despojado de su patrimonio a muchas empresas y familias que han tenido la mala fortuna de circular por esas vías terrestres de comunicación en los momentos que los grupos criminales salen a delinquir para seguir sobreviviendo en la guerra que sostienen con grupos rivales.
CUATRO. – La cercanía entre capitales de estado, que oscila en las 2 horas con 20 minutos en promedio vía terrestre, provoca que mucha gente de Durango pueda realizar su vida profesional o laboral en Zacatecas o viceversa, y por lo tanto que haya muchas familias preocupadas por los integrantes que sí o sí deben estar usando esa ruta para su vida cotidiana, lo que deriva en una gran zozobra.
En los últimos años el estado de Zacatecas se ha convertido en un centro neurálgico más de la violencia en México. Sus conexiones con otras entidades y las carreteras importantes que lo atraviesan son factores de relevancia para el crimen organizado.
El 24 de noviembre, el general José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional de Zacatecas, fue asesinado a tiros en un enfrentamiento con un grupo del crimen organizado. Días después, el subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, anunció que el asesinato era obra del CJNG, el otro gran cártel que opera en la entidad.
Dominar un territorio requiere el apoyo de las autoridades locales. Los cárteles probablemente intentarán primero cooptar a estas autoridades por medios como el soborno. Si esto falla, los cárteles utilizarán la violencia para obligar a las autoridades a acobardarse, dijo al portal de narcotráfico InSight Crime, Víctor Sánchez, investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila y experto en seguridad pública.
En el caso de Zacatecas, la guerra entre los dos cárteles más grandes de México ha puesto a las autoridades en el medio. “La lucha por el control de las autoridades se incrementa a la par de la mayor competencia por el control del territorio”, dijo el experto.
CULIACANAZO 2.0
Ahora bien, la relación de Durango con el estado de Sinaloa tiene varias vertientes que en estos momentos se han complicado y están generando un ambiente de inseguridad en varios municipios duranguenses que, por vía terrestre, por caminos, por su sierra o su cercanía están más vinculados a los usos y costumbres de Sinaloa que a los de Durango.
En ese sentido, sería demasiado optimista creer que no generará problemas a Durango la detención de Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, ocurrida en días recientes en el poblado Jesús María, en Culiacán, pues no se necesitará esperar las consecuencias ya que éstas ya contaminan la vida ordinaria de los duranguenses,
Las secuelas ya se notan: 
Si la hostilidad aumenta en Mazatlán y sus alrededores, ya no son pocos los duranguenses afectados en sus intereses económicos, profesionales, patrimoniales o familiares, pues la convivencia cotidiana y la cercanía entre Durango capital y el Puerto de Mazatlán ha hecho común el hecho de que duranguenses inviertan, hagan negocios o incluso empiecen a tener una vida ordinaria en la llamada Perla del Pacífico.
Eso ha generado que tras el Culiacanazo 2.0, que llevó a la detención de Ovidio Guzmán, el tránsito por la carretera libre federal e incluso por la supercarretera de peaje se estén registrando actos delictivos como el robo de vehículos y el asalto en perjuicio de los automovilistas.
La posibilidad de que esta guerra sea interna en el Cártel de Sinaloa, por las represalias que ha generado la detención de Ovidio en la lucha entre el llamado Cártel de los Menores contra la facción que domina Ismael “El Mayo” Zambada y sus socios, se traduce en riesgos de que el ambiente de violencia se registre en varios de los municipios que tienen cercanía con municipios de Sinaloa, desde Pueblo Nuevo y San Dimas, hasta Tamazula, Otáez, Topia y Canelas, por mencionar a los más cercanos al Triángulo Dorado en la colinda cuando se sierras de Durango, Sinaloa y Chihuahua.
Prueba es lo divulgado por el canal 10 en voz de una víctima llamada Estela “N”, que nos da cuenta de la vuelta a Durango del fantasma que aterró a los duranguenses en el periodo 2004 al 2016, considerándose parte del llamado “Culiacanazo”, y también por las redes sociales se nos ha informado de la realidad en el número de ilícitos cometidos por ese grupo delincuencial que lleva tiempo asaltando a los viajeros que buscan ir a la vecina ciudad de Mazatlán, Sin., quienes en su recorrido por la carísima “súper” carretera Durango-Mazatlán, a plena luz del día, han sido despojados de sus vehículos y pertenencias por ese grupo de hombres armados (que según la vox populli con anterioridad ya habían sido detenidos por el Ejército y puestos a disposición de la autoridad judicial), afortunadamente no dan cuenta de otros hechos delincuenciales, aparte del hurto, de mayor gravedad. Lo que demuestra la permisiva omisión por parte de las autoridades de nuestra entidad, Durango.
Otro hecho, divulgado por el diario: Órale! Qué Chiquito, en su edición de hoy sábado 14 de enero, es el ocurrido en el tramo de la autopista Durango-Torreón, fue la desaparición de la señorita Dayan Yamil Favela Quiñones con 34 años de edad y quien trabajo en la empresa Pilgrims y a quien afirman vieron por última vez el día 11 de enero cuando conducía un automóvil marca Ford, tipo Figo, modelo 2018 con placas FFV-615-B. Sus familiares afirman que la señorita Favela Quiñones no llegó a su destino por lo que toda la familia la buscaron con otros parientes, así como con amigos y compañeros de trabajo, pero no la encontraron. Por esa razón, interpusieron denuncia ante el agente del ministerio público adscrito a la Vicefiscalía de la Laguna de Durango.
En definitiva, Durango está respirando la violencia extrema que se vive en Zacatecas, e incluso muchos duranguenses son parte de esa guerra criminal como “soldados” o abastecedores de insumos para los combatientes que participan en la guerra por el control de esa entidad.
Está claro que es una guerra que está costando mucho dinero y que ese financiamiento está lastimando a muchísimos duranguenses que no se dedican a actividades ilícitas, pero que ven afectados sus negocios o intereses al tener esa violenta situación en la entidad zacatecana.
Está claro que el Cartel del Pacífico se mantiene firme en esa guerra, pese a lo compleja que se ha vuelto, para evitar que el Cartel Jalisco de apoltrone en Zacatecas, ante el temor fundado del Cártel de Sinaloa radicado en Durango de que el CJNG rompa la última puerta de protección y después de Zacatecas quiera invadir después Durango para arrinconar a Sinaloa en su propia tierra, o replegarlos a territorios marginales.
Mientras tanto, ese sándwich de violencia causada por los cárteles del narco deja a Durango en medio del ambiente hostil de dos de sus principales vecinos, como son Sinaloa y Zacatecas, sin perder de vista que Coahuila y Chihuahua no son precisamente las entidades más pacíficas del país.

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