Es muy claro que la 4T, aunque parezca, NO ES una propuesta de gobierno en el gobierno, armada y dedicada a materializar esa propuesta, PERO no parece suficientemente clara ninguna de las caracterizaciones que se han dado de lo que SÍ ES. A mi ver falta EL concepto que resuma la realidad que hemos estado viviendo.

Morena es una Secta Religiosa, una doctrina, un grupo, un sacerdote, una fe, unos mandamientos, un combate a los herejes, una peregrinación, un mensaje de salvación, una amenaza de condena, un fundamentalismo, una prédica, una obra espiritual materialista, un evangelio, una cruzada; todo ello a y en nombre de un Dios que guía al guía que a todos guía; es una fe ciega y quizá su único éxito incontrovertible consiste en haber logrado ser una nueva iglesia, la ¡iglesia cristiana de México!

Recordemos el intento Callista fallido de crear la Iglesia Cristiana de México.

AMLO ha logrado un sincretismo entre el cristianismo ancestral introyectado hace siglos, cuyo poder en la vida y milagro de los mexicanos es incuestionable, y los contenidos culturales contemporáneos, léase el latinoamericanismo, mexicanismo, indigenismo de los últimos 70- 80 años por decir algo.

AMLO lo ha retomado para darle finalmente forma y constituir desde el poder, no ya un Partido, como el PNR, sino ¡una Iglesia!, la denominada Católica Apostólica Nacional Mexicana, ideada por el Patriarca José Joaquín Pérez Budar e impulsada por el presidente Calles en 1925.

Esto significa una Obra Intemporal, una fe, una misión que rebasa sexenios y con mucho excede la tarea de gobiernos; una Cruzada que conquista almas y no sólo una organización política que alcanza cargos públicos mediante el voto. Y esto es lo que no se ha entendido, sino confundido con un partido que se hizo gobierno, del cual cabría esperar una suficiente y eficaz obra pública en los muchos diversos frentes de la vida nacional. No lo es.

AMLO, dotado de esa personalidad Psicótica y Delirante, tan especial y notable, de esa Ebionista fe militante en que nació y se formó, de esa impulsividad desinhibida, admirable y temible, de ese ahínco y persistencia tan característica de la compulsión , “dio en” —no q supiera— integrar a lo largo de 30 años la doctrina de Belén, el rito de Roma, la tradición centenaria y guadalupana, el sacerdocio militante de Hidalgo, la formación seminarista y la polarizada circunstancia de Juárez, el espiritismo de Madero, la fórmula de la Iglesia Nacional de Calles, la organización popular y el nacionalismo vocinglero de Cárdenas, el indigenismo epopéyico de Vasconcelos, la brega de eternidades de Gómez Morin, la verbosidad heroica y el foquismo de Castro, la disparatada y heterodoxa irresponsabilidad de Echeverria , el marxismo cultural de Frankfurt, el catecismo populista de Laclaud, la parrafada del Foro de San Paulo y de su mini cumbre poblana, el poder intimidatorio de la delincuencia organizada, la lealtad institucional del Instituto Armado y el propagandismo nazi instrumentado a través del diario Zoom mañanero y las invasivas, algorítmicas y benditas redes sociales.

AMLO ha sido —sin haberlo leído— el flautista de Hamelin, seguido a lo largo de los años por una extendida y creciente cauda de fieles de toda laya; desde inocentes de corazón, lobos convertidos en ovejas y delincuentes en activo; todos redimidos sólo por Él, con Él y en Él, Cordero y víctima, Corazón que no es bodega y Detente protector del México Todo, que ÉL y sólo Él entiende y, por designio divino-popular, ¡representa!

Ese es Andrés Manuel, esa la Obra de Él y de los suyos, esa que, por confusión y ambición, trocaron del bien eterno a los bienes temporales y vendieron como obra de gobierno para el bien de todos, pero ¡primero los pobres!, una que ni Él mismo ha sabido nombrar con precisión, cuantimenos realizar y que nosotros, cuantimásmenos hemos atinado a descifrar y entender con claridad. De Andrés y los suyos, entre confusión y engaño, de sus ajenos, entre reclamo y confusión. Dos confusiones, dos países, un gran malentendido. De ahí la credulidad de sus discípulos y seguidores y la incredulidad de sus observadores, analistas y críticos.

Corolarios.

1.? ?AMLO es un delirante religioso, un predicador, un pastor de almas al que una izquierda siempre equívoca tomó por líder político y Él, feliz, asumió el papel.

2.? ?Del mismo modo que la misma izquierda victimista había querido años antes, en el 87, ver en Cuauhtémoc un gran líder político y aquél, igual de complacido, tomó el papel, pero nunca lo fue, ante ese vacío, esa misma izquierda encumbró a AMLO.

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