La ONU-DH, en voz de su Alta Comisionada interina Nada Al-Nashif, calificó como un retroceso la reforma aprobada por el Congreso para que la Sedena tenga bajo su control el mando operativo y administrativo de la Guardia Nacional.

 “Las reformas dejan a México sin una fuerza policial civil a nivel federal, consolidando aún más el ya prominente papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública en México.

Los mecanismos de derechos humanos han señalado claramente que las Fuerzas Armadas sólo deben intervenir en la seguridad pública de forma temporal, en circunstancias excepcionales, como último recurso, y siempre bajo la supervisión efectiva de órganos civiles independientes”, expuso el organismo. Al-Nashif, quien llegó hace un par de semanas al órgano especializado de la ONU en sustitución de Michelle Bachelet, señaló que la militarización de las fuerzas de seguridad ha id aumentando constantemente en México desde 2006, pero esto no ha conllevado una reducción de la criminalidad, sino que ha desembocado en un aumento de las denuncias de graves violaciones de los derechos humanos por fuerzas de seguridad y las Fuerzas

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