Durango, Dgo. (EL CONTRALOR). – Seguimos en Durango, celebrando una fecha hueca, tergiversada, regalando flores y chocolatitos a toda aquella que cuente con aparato reproductor femenino, enviando mensajes cursis en colores pastel llamando a la mujer “la creación más divina, la belleza y la dulzura”.
Cualquiera que tenga el mínimo conocimiento en materia de género, tendría que sentirse ofendida por ello, cualquier dependencia de gobierno o empresa estaría en la obligación de informar, concientizar y educar en el tema en vez de permitir prácticas que minimizan y ridiculizan el verdadero sentido de la fecha. El 8 de marzo no es un festejo, no es una celebración. No se debe permitir la reproducción de acciones machistas expresada en flores o felicitaciones. Según la ONU, en México se asesina a 7 mujeres cada 24 horas y 7 de cada 10 mujeres en el país ha sufrido algún tipo de violencia machista, de verdad ¿eso se debe celebrar?
El 8 de marzo las mujeres se plantan en pie de lucha, las mujeres demandan, las mujeres reclaman. Reclaman por las más de 10 mujeres que mueren a diario en nuestro país víctimas de feminicidio, reclaman por las miles de niñas que son violadas cada día, reclaman por aquellas que desaparecieron y nunca han encontrado sus cuerpos, por aquellas que viven el infierno y el miedo en sus propios hogares, mismos debieran brindar seguridad, reclaman el derecho a la justicia de tantas familias que viven un peregrinar en las instituciones sin respuestas, sin atención, reclaman por los agresores que viven en total impunidad, reclaman por el miedo que han vivido tantas niñas, adolescentes y mujeres adultas y ancianas, por las mujeres indígenas que trabajan de sol a sol por poca comida, siendo eternas incubadoras sin voz, por las mujeres migrantes que han sido violadas y que callaron por salvar sus vidas, por las niñas que trabajan en la calle y son blanco fácil de los depredadores y que nunca llegaran a poner una denuncia, por las que siguen trabajando en prostíbulos cosificadas por 20 hombres al día y que son víctimas de trata, esclavizadas, algunas extranjeras que fueron traídas con falsas promesas de empleo, por las señaladas y juzgadas por la sociedad después de haber sido ultrajadas.
El 8 de marzo, las mujeres recuerdan a la pequeña Fátima raptada de afuera de su escuela, violada, torturada y asesinada a los 7 años, recuerdan a Ingrid, lo atroz de su crimen y el morbo con que se viralizó su cuerpo sin vida, recuerdan a Yamileth de 16 años encontrada en un baldío, a Michell de 3 años violada y asesinada en Nayarit, A Fátima Varinia, torturada, violada y asesinada por tres hombres con solo 12 años quien sufrió por lo menos 43 heridas en cabeza, cuello, tórax, abdomen y extremidades, encontrada por su hermano de 10 años ensangrentada y sin un ojo pues sus asesinos dejaron caer tres piedras de más de treinta kilos en la cabeza antes de inhumarla en el bosque, su familia termino siendo desplazada varias veces de su lugar de residencia por las constantes amenazas; recuerdan que aquel 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Abril N fue asesinada a tiros por dos sujetos que viajaban en una motocicleta, esto por haber denunciado violencia de género.
Pero sin ir tan lejos, en Durango, Miriam N. fue encontrada flotando en la presa del poblado de Antonio Amaro, municipio de Guadalupe Victoria, luego de que le quitaron la vida, le amarraron una piedra al cuerpo con el alambre. Posteriormente la arrojaron a la presa para que se hundiera y no la encontraran, para cuando fue encontrada, su pareja había desaparecido del lugar. El cuerpo de Saraí N. de 16 años fue encontrado en un paraje conocido como el Bordo, en Felipe Carrillo Puerto, municipio de Guadalupe Victoria, con visibles huellas de violencia extrema además de expuesto. Dalia N. asesinada en Rodeo para el día del amor y la amistad, Patricia N. de 16 años de edad en Santa María del Oro, después de violarla la arrojaron a un río mientras la joven se convulsionaba, y así como ellas, tantas mujeres duranguenses de diferentes edades y que nos han valido una alerta de género en la entidad, desde hace varios años.
En México a las mujeres las están matando, y las matan por razones de género. De hecho, según las cifras oficiales, 7 de cada 10 mujeres en el país han sufrido algún tipo de violencia machista, de enero a julio de 2018 hubo más de 6000 violaciones sexuales, más de 1600 denuncias por acoso sexual y más de 10000 abusos sexuales.
En nuestra entidad, el Feminicidio subió 80%. Al cierre del año 2022 se abrieron 18 carpetas de investigación por el delito de feminicidio en esta entidad. Comparativamente, dicha cifra representa un evidente incremento, considerando que durante el 2021 se investigaron 10 casos por dicho delito.
De acuerdo con la estadística de incidencia delictiva del fuero común, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y diciembre del año pasado se registró la cantidad más alta de feminicidios en Durango, pues en el 2020 las respectivas agencias del Ministerio Público emprendieron 12 indagatorias por feminicidio. En el caso del 2019, los registros oficiales establecieron también 10 feminicidios dentro del estado de Durango, mientras que en el 2018 fueron cuatro.
Los indicadores nacionales del SESNSP establecieron también que Durango se ubicó por arriba de la media nacional de feminicidios, que fue del 1.2, al registrar cerca del 1.8 feminicidios por cada 100 mil mujeres. En este sentido, la gráfica fue encabezada por el estado de Colima, seguido por Nuevo León, Morelos, Campeche, Oaxaca, Chihuahua y posteriormente se situó Durango.
En México, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2020 hubo 3 mil 730 mujeres asesinadas, sin embargo, únicamente 939 son víctimas de feminicidio y los demás casos se investigan como homicidio doloso; es decir que sólo el 25% se indaga con perspectiva de género.
No, no hay nada que celebrar y menos por el hecho de ser mujer, en nuestro país, ser mujer es peligroso, las mujeres ganan menos que los hombres por el mismo trabajo realizado, muchas mujeres siguen siendo asesinadas en manos de su pareja o expareja porque el estado no garantiza protección efectiva frente a una denuncia de violencia de género, las mujeres que buscan acceder a la política sufren de acoso político y se les exige mucho más que a sus colegas hombres; los medios de comunicación siguen reproduciendo mensajes sexistas, estereotipos que desvalorizan a la mujer y justificación de la violencia; se vive en una sociedad heteronormativa en el que ser lesbiana o trans significa vivir en la exclusión y estigmatización con vulneración de derechos humanos.
Los avances logrados –aunque aún insuficientes- han sido gracias a la movilización y acción de muchas mujeres que a lo largo de la historia han buscado ser revalorizadas y reconocidas como ciudadanas plenas. Gracias a ellas, hoy la mujer puede votar, puede ser empresaria, médica, tener los hijos que quiera o no tener ninguno. Las mujeres que se atreven a cuestionar y levantar la voz, son a la vez peligrosas para el sistema patriarcal. Así, a lo largo de la historia podemos revisar cómo han sido acusadas de brujas, muchas de ellas quemadas-, asesinadas en la horca, desterradas y estigmatizadas. En tiempos actuales, a las que gritan, reclaman, demandan se les estigmatiza igual, son las locas, las violentas, las feminazis, ya veremos cómo pasando la marcha anual del 8 de marzo, serán señaladas como cada año, juzgadas por su lucha, porque ellas no son las mujeres hermosas, la creación más bella de dios, ellas no reciben chocolatitos ni mensajes color de rosa, ellas reclaman y recuerdan, conmemoran y luchan.

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