Bien por las “nuevas visiones” de país. Pero la asignatura pendiente sigue siendo una, al
menos, visión de un “país nuevo”, diferente.


Pues no se trata de una nueva visión, sino de un México nuevo.


Pertenezco a una generación que de tantas nuevas versiones de lo mismo se volvió vieja e
incrédula.


Novedad no es revisitar eternamente la misma tumba; es inaugurar caminos no allanados,
imaginar lo impensable y desaprender para aprender con viejos y cansados ojos tiempos
vírgenes e ignotos.


Sí y mil veces sí: ¡aspirar a lo imposible! Saberse vivo y vivir.

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