Los verdaderos universitarios han vuelto. Así lo ha dicho MSP Ramón García, Rector de la UJED; desconocemos por qué solo califica de valioso a su equipo de trabajo, sin tomar en cuenta a los que siempre hemos permanecido dedicados a la academia y al trabajo administrativo.
Pues, desde ambas trincheras, siempre hemos cuidado y engrandecido a nuestra universidad. Tanto académicos como administrativos, nunca hemos dejado de ser universitarios.
A un mes de su gestión, ha logrado que se perciba una incertidumbre laboral generalizada. El personal de la administración central trabaja un día a la vez, porque desconoce si el día de mañana seguirá en su puesto; nadie les sabe decir si seguirán contratados.
La angustia laboral ha aumentado en esta primera quincena de enero, al despedir al personal de diversas unidades académicas, algunos con más de 10 años laborados, sin previo aviso y sin importar su eficacia y profesionalismo. Académicos que han recibido un pago menor a su salario, sin explicación alguna sobre por qué dicha reducción.
Los institutos laboran sin dirección y rumbo; puestos acefalos, como tesorería y contraloría. Vemos una nueva administración sin equidad de género; para muestra, la mesa de negociaciones, donde solo hay una mujer.
La Comisión de Prevención y Atención de Violencia de Género de la UJED, que atiende un sinnúmero de casos de alumnas, académicas y trabajadoras administrativas violentadas, y que ahora quedan a la deriva y revictimizadas, exponiéndolas como un botín a los acosadores, al fragmentar dicha comisión y no encontrar justicia, debido a que han despedido al personal capacitado de dicha comisión.
