Cientos de migrantes instalan campamento en el Río Bravo, en espera de que agentes de la Guardia Nacional Texana, los deje ingresar al muro fronterizo. Foto: Christian Torres / EL UNIVERSAL

Extranjeros intentan cruzar las barricadas junto al río Bravo, pero no lo logran

Ciudad Juárez.— La desesperación por cruzar a Estados Unidos llevó a que decenas de migrantes de diversas nacionalidades se enfrentaran la mañana de ayer con elementos de la Guardia Nacional de Texas en el punto 36 en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.

Los migrantes, quienes en su mayoría pasaron la noche en el bordo del río Bravo del lado estadounidense —justo donde se instaló una barrera de malla ciclónica y alambre de púas, para evitar que las personas lleguen hasta la puerta 36—, se aglomeraron y a gritos pedían a los soldados de Estados Unidos que los dejaran pasar.

Como no les hacían caso, comenzaron a juntarse para, en grupo, derribar la malla para cruzar y entregarse en la puerta 36 y así solicitar el asilo político.

En videos se observa que alrededor de las 7 de la mañana las personas se reunieron en un punto de la malla, frente a la puerta 36, para enfrentar a los soldados y luego empezaron a derribar la malla.

Del lado estadounidense se veía a elementos de la Guardia Nacional de Texas que impedían que los migrantes cruzaran. Respondían a los gritos y hasta recurrieron a empujones para impedir que las personas derribaran la valla.

Después de un rato, llegaron más militares estadounidenses, que lograron detener el conflicto sin que se reportaran mayores incidentes.

Sin embargo, durante el día los migrantes continuaron arribando hasta ese punto y se mantenían en los campamentos improvisados en la orilla del río, que empezaron a instalar el martes.

Las personas, en su mayoría originarias de Venezuela, Ecuador y Colombia, piden agua y comida. Dicen que han esperado muchas horas para ser atendidas por las autoridades estadounidenses.

También han encendido fogatas para mitigar el frío que se siente por las mañanas y noches en esta frontera.

Hasta la tarde del miércoles ninguna autoridad —ni mexicana ni estadounidense— se había manifestado con relación al incidente ocurrido durante la mañana.

Por la tarde, EL UNIVERAL observó que el campamento improvisado en el bordo del río Bravo estaba creciendo de manera importante por el cruce de más migrantes.

La mayoría eran familias con niños quienes pedían agua y cobijas debido a que la temperatura baja mucho en esta frontera después de las 18:00 horas.

Desde el martes, del lado mexicano de la frontera no había vigilancia ni elementos del Instituto Nacional de Migración (INM).

Con información de el Universal

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