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El regreso a clases, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), representa un importante desafío económico para las familias mexicanas, quienes deben destinar en promedio entre el 15% y 20% de sus ingresos mensuales a la compra de útiles escolares, uniformes y otros materiales educativos.

La inflación actual ha provocado un incremento significativo en los precios de los artículos escolares básicos. De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), los costos de útiles escolares han aumentado hasta un 12% en comparación con el año anterior, afectando principalmente a las familias de bajos recursos.

“Es un golpe fuerte para la economía familiar”, señala María Ramírez, madre de tres estudiantes de primaria. “Cada año los precios suben más y tenemos que hacer malabares con el presupuesto para poder comprar todo lo necesario”.

Las librerías y papelerías reportan un incremento en la búsqueda de opciones más económicas por parte de los consumidores. Los vendedores ambulantes y mercados populares se han convertido en alternativas para muchas familias que buscan ahorrar en la compra de útiles escolares.

Ante esta situación, diversas organizaciones civiles y gubernamentales han implementado programas de apoyo, como ferias de útiles escolares y entrega de paquetes básicos. Sin embargo, estos esfuerzos resultan insuficientes para cubrir la demanda existente.

Los expertos recomiendan a las familias realizar un presupuesto anticipado, comparar precios y aprovechar las promociones de temporada para minimizar el impacto económico que representa el inicio del ciclo escolar.

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